jueves, 25 de junio de 2009

Pluriclaridad.

Ya no encuentro, las lágrimas que me dejaste,
ya no encuentro el repartido espejo,
ya no encuentro mi sentido arrastre,
ya no encuentro tu consejo.

Pero ahi está, tu alegría, mientras yo espero,
ahi está tu sonrisa, que ya no encuentro,
ya no encuentro entre mis manos,
sin embargo, te espero...a mi vida aún atado.

Como un maserado del sentir amar, retoco,
esa sonrisa, esa mirada que vi matar,
mi alma, mi tranquilidad mi celo egocentral...
en mi fiel remanso.

Y ahi te veo con mi ceguera, que dejó tu paso,
ahí te veo sin hablar, conociendo tu vida,
mas tú no la mía.
La ventana sabe mi secreto,
mis dígitos saborean el sentir que lamento,
el papel prueba de mi llaga, de la que no resiento.

Espero besar tu fruto, en el final,
del eterno esperar de este, mi amargo ritual,
para conquistar tu calor de tu mas bello manantial.

Algundó temaré en el sueño,
sin significado, pues eres solo de sueño,
de neurotrasmisores cuando duermo,
eres una actividad que está en mi cerebro.


Muy buena película, buena canción por cierto, nunca pénse que me volvería a gustar, después de tanto tiempo, una canción de Shakira. Ahi les dejo, disfrútenla.

domingo, 21 de junio de 2009

Me sabe a madera...

Es tu nombre el sonido de la experiencia,
eres tu lo que eres para mí un ejemplo.

Es tu nominancia, palabra familiar y casi tan antigua,
es esa palabra que escribe en la biblia,
eres mi padre.

Es cada día que pasa tan curtido tu ser,
me sabe a madera tu experiencia,
se vuelve añeja tu edad,
más crece, más aprendo de ti.

Es el consejo en lo oportuno,
lo que tu me das,
es mi vacío recuerdo de tu primer abrazo,
no como fue, pero fuiste el primero,
gracias por tu alimento de confianza.

Me sabes a madera,
añeja cada día tu edad,
tus ideales comunes me formaron,
sabes a madera fuerte como viejo roble,
das sombra a mi soleada inexperiencia.



¡GRACIAS VIEJITO!

Acá un trailer de una película de papás--por su día ps--

viernes, 19 de junio de 2009

Encuentros.

No pensé que subir a un carro con dirección a mi centro de estudios, estar en él, sentado, me iba llenar de vagas ideas (parecido a deseos) de encontarme con alguien del pasado, pero no cualquier persona, más bien alguien que marcó en cierto grado el muy corto reperorio de vivencias que hasta hoy he tenido.
Pues la mente, como una gran máquina de recuerdos, ha hecho en mí una grabadora de sucesos, hasta cierto grado intranscendentales, pero que en el momento de adolescente son muy intensos. Claro, yo el protagonista casi todo el tiempo, pues en algunos momentos hubo alguien quien ocupara el coprotagonismo y que por ello, automáticamente, me convirtió en coprotagonista de mi propia vida; sin embrago, no se si yo lo fui en la vida de "alguienes".
Estos alguienes de quienes hablo, son quizá con los que quisiera los "encuentros" para poder demostrar como lo estoy pasando y, tal vez verme de manera de espejo, si he cambiado durante el tiempo en que no nos hemos visto; pero, es facil de darse cuenta que esto no determinarían un encuentro, mas si un reecuentro. Al recobrar mi razón, me doy cuenta que es mejor dejar esas cosas en el pasado, ya que no volvera esas manías de atolondrado adolescente. Que mientras más deseo encontrarme con el pasado, más incrementan las imposibilidades; pero que tambien más olvido esas cosas y pues no son más que anécdotas que marcaron no con dolor, ni con alegría y sí con el conociemiento de haberlas vivído. Estos pensamientos sólo me conducirían a un reecuentro así de simple.
...
Al bajar, ir a un cualquier lugar te encontrarás --o quizá me encontraré-- con alguna persona que por primera vez has visto y te ha encantado, ahí tu órgano que se encarga de tus pensamientos, tus movimientos, tus sentimientos, etc., etc. (me refiero al cerebro) se pone a trabajar de manera más rápida que escribir un post o una entrada --o hasta tu monografía-- llevandote a un mundo utópico que tú, o cualquiera, nomás se la cree. Esos "alguienes", que ves y que, hasta ya pueden ser conocidos --sólo de vista--, y que nunca se dió el valor de acercarsele en el lugar donde lo conocistes; están ahí, pero igual no te puedes acercar. Mas te queda la imaginación para acercarte.
En el silencio del "trabajador" sistema nervioso central, se empieza a planear como realizar el movimienro de "cortejo" --mismas fieras en época de apareamiento. Hasta, simplemente, se queda con las intenciones y con la imaginación en la garganta, por falta de valor.
Y es que con sólo observar la tan perfecta geometría de los gestos, movimientos aerodinámicos, el sonido que trasmite esa voz, la imagen, etc.; lleva a pensar, a formular, a reformular, a cuadrar la personalidad que no conocemos en ella. Solo en pensamiento me lleva a ese mundo de estaría andando con ella, que estaríamos entre nuestros brazos, enredados como sogas, envolviendonos con tentáculos de pulpos de fantasía. Intercambiando palabras retocadas con colores que en este mundo no existe, embalsando nuestras compañias, cortejando el "amor" que uno a otro puede sentir, atrapando esas esencias de las caricias. Calentar el frío que nos envolvía antes de conocernos, renacer despues de cada día en que nos volvamos a ver, fabricar burbujas que nos aisle a nosostros dos, nos encierre y se haga un mundo para los dos. Imaginar como una alucinación por efecto de sus besos, de sus caricias, de sus pasos que acompañan ese inexistente día en el que sólo estoy con ella. Olvidarme del mundo y de las Teorías físicas que rigen en el universo, y hasta olvidarme que existe la separación y el desamor. Pensar que lo que nos une es más eterno que la misma eternidad, que el infinito no alcanza para cuanto nos debemos amar, que el odiar no compete a los nuestro. Que lo inexistente somos ella y yo.
Eso se pensaría, y se desvanece cuando el encuentro se acaba, se desvanece cuando en la realidad me doy cuenta que soy mortal al igual que ella. Que el amor es también tan imperfecto como los hombres. Sin embargo, en mi mente hay una máquina de reciclaje...y otra vez la misma historia, con sus intervalos, sus datos nulos que me llevan al máximo equilbrio de la energía de la materia.

Cuánto más me miento,
cuánto más vida,
cuánto más adios,
cuánto más me acerco.


sábado, 13 de junio de 2009

Semana...Terminar?


Lento, en cuanto al no hacer nada, y rápido cuando haces algo, obvio; transcurría el tiempo en esta semana: dura por las responsabilidades a las que me sometía, tranquila y sorpresiva por las noticias y novedades, y algo agitada por los hechos ocurridos el fin de semana pasado, cuya responsabilidad está como una papa caliente, nadie la quiere tener (responsabilidad del Gobierno, eso es evidente).

Esta semana rondó por mi cabeza la idea de concretar algo que decidí, a parte de sacarme el clavo de un "fracaso vocacional" -era mi revancha, hoy acabó todo-; era el dar fin a mis adversidades, a mis problemas de sinceridad conmigo mismo y con los demás y sobre todo el arrastrar problemas uno tras otro.

Ese fin viene acompañado de una nostalgia, un recuerdo que es estimulado quizá por el parecido o por la nominancia de aquella persona. Es que simplemente a ver visto el parecido congruente de su geometría facial en una foto de una actriz, se me vino a la mente rebuscar entre los archivos, que ya no encuentro, los mensajes que envié, los poemas -mal o bien escritos- que se las dediqué, no los encontré. Pero felizmente me acostumbre a escuchar o leer en algunas partes su nombre, al principio me sonaba y lo relacionaba, estúpidamente, con la conexión psíquica (de estar pensando que aun yo estaba en su cabeza) cuando eso, ahora lo veo, es un mito. Esta sugestionada forma de pensar vino por el final: terminó todo sin hablar sin cruzar ni una sola palabra, mas si un correo que decía -hasta hoy lo recuerdo en que terminaba-: "...hasta aquí nomás...". Esto me trae recuerdos de las marcadas formas que terminaron con mis ilusiones provisionales de esos tiempos, y me hace pensar en la senciridad de ellas, las mujeres.

Quizá por teléfono es más sencillo, más "valiente" decir: "...la dejamos aquí nomás -claro y uno la barejea: "...lo mismo quería decirte". Simplemente, en eso consistió, no se puede luchar contra algo que no se sentía, tanto en ella como en mi. Lo reconozco nunca estuve interasado en esta y en ninguna relación, hasta algún tiempo, pero hoy parece que ya estoy en mi normalidad (mi estado vegetativo). Dejé que ella de el primer paso.

Y sí, también están las "terminadas" ocultas, esas que te sirven de "razonamiento verbal". No se las entienden al instante, sólo un experto las conoce y las conoce porque ya lo escuchó antes -y si no, se la contaron, pero a alguién tambien le paso- y tuvo que aplicar un razonamiento riguroso de que significaba tal frase: "...mejor, hay que darnos un tiempo", ¿es así, se lo toma literalmente?...no, simplemente siginifica "no hay que seguir más, hay que terminar con todo esto". Con el tiempo se digiere en la cabeza todo lo que siginifica esa "inocente" frasecilla. Igual no iba a reacionar si lo entendía al instante (caballeros nomás).

Terminar algo requiere una meditación, medir las consecuencias: medir si te conviene seguir con eso o "dejarlo ahi nomás". Esta consignia se me ha camuflado en mis desiciones, y sin darme cuenta, quizá no sé si me conviene; pero los riesgos se corren y si me equivoco bien me servirá de experiencia.

De las consecuencias ya se conoce: nostalgia, ira, ganas de vengarse, querer odiar para ya no amar, muchas. Las cosas son claras, y ellas tienen más sinceridad será por su ego que las mantienen con esa fuerza de decidir. Sin embargo, nosotros nos gusta encaletarnos, llevar todo por lo bajo, dejar que eso lo hagan ellas por miedo a ser un maldito que la hace llorar -de verdad dejar de meterse en problemas ajenos, dejen de joder, por la calle, que es algo serio- deberiamos ser sinceros, aunque cueste un llanto (quizá por retenerte), un silencio duradero (por el orgullo), una lágrima (por resignación), o sumado todo eso porque hay amor que no se puede despojar asi por asi. Simplemente hay que dar la bienvenida al agrio sabor de la despedida, pues solo está de pasada.



Hoy te escuché.

Hoy me di cuenta cuánto sufres.

Ayer recordé.

Ayer ya no te encontré.




  • Acá un poema de Victor Vásquez M. (Vico).

QUIERO ESCRIBIRTE...


Quiero escribirte lo últimos versos.
No serán ni mÁs adornados ni más sonoros.
No serán ni más alabanciosos ni más resignados.
Estas líneas escritas con la más profunda rabia.
Son más directas y ojala menos hirientes.

Te quiero y me dices que me quieres.
Te necesito y me que me necesitas.
Te busco y me dices k me buscas.
Pero al final no nos encontramos.
Y atinas a decirme que privada te encuentras.

Tienen cual forma de carcelero inquisitorio.
Y los duros trabajos de encomienda.
Hizo quebrar lo que nos negábamos a romper.
La poca vida formada en un tiempo de invierno.
Maldita estación, decisión, vida, trajín.

Que paso? No estamos en dictadura.
Ni en maltratada Cuba ni en la fuerte Rusia.
Para tener esta sensación cruda.
De frustración, rabia, errores, discriminación.
Que la capacidad de amar no esta.
En relación con la capacidad intelectual.


Gracias por dejar publicarlo, está muy bueno amigo Vico.






martes, 9 de junio de 2009

Un archivo...Dudas

nunca sabre la medida de un beso,
nunca sabre que tanto es querer,
nunca sabre si el cielo es tu presencia,
nunca sabre...¿qué es tristeza?

un beso será...sin definición.
un beso será...no lo sabré,
un beso será...¿qué será el placer?
un beso será...será y será.

tanto...es cantidad
querer...es felicidad
felicidad se busca
se busca...pero no se encuentra.

tu presencia esta cerca,
estas cerca y te veo lejos,
te veo, pero solo te oigo,
te oigo y solo te beso.

tristeza ya me encuentras,
tristeza ya me dejas,
tristeza, ¿y tu alegría?,
alegría, ¿tu tambien me buscas?

lunes, 8 de junio de 2009

Cerrar...

No encuentro más tema...hoy se cierra el dia a esta hora, lo cerraré...

Me acompaña una solicitud,
me acompaña para bañar abatidas tus alas,
me sonríe para no poder sonreir,
me sonríe una mirada que ya no veo.

Me pesa el recuerdo,
me pesa tu palabra,
me compra tu alegría,
me compra tu promesa.

Me ahoga mi silencio, el callar;
me disfrasa la distancia,
me aplasta mi sonrisa,
me distancia el no aprender.

Ahora cerraré...por un momento,
quizá para olvidar,
quizá para aprender,
hablaré sin utilizar palabra alguna,
ahogado estoy en las aguas de tu laguna.



Disculpen este grosero post, solo quiero cerrar un día más de silencio de mi sentir, mas solo las palabras en un ordenador, en un papel o un significante solo pueden detener tal silencio.

martes, 2 de junio de 2009

Comencemos...pero sin celebraciones. NACIMIENTO

Un tanto manejado por la ansiedad de la llegada del gran día para comenzar a escribir nuevas entradas. El anuncio muy prolongado de un hecho, quizá parezca una cábala, da mala suerte; y es por eso que comenzaré ¡ya! Aunque esto comenzó desde que se creo y no tengo que esperar más, pues es como un niño (no nace completo, no nace profesional, no nace a trabajar, no nacemos hablando, no nacemos sabiendo qué es sufrir, qué es reír, no se nace conociendo, nacemos en medio de nuestra nada). Sin embargo, con la paciencia de quién nos ve crecer vemos en su mirada cómo nos hemos desarrollado -sea con ilusión, decepción o arrepentimiento-, nuestra historia en un gesto visual. Con esto me di cuenta que por pocos creceré, veré el desarrollo positivo que yo espero o el antagonista que me invade en lo más tenso de mis remordimientos.


Nacimiento...


Nació en huesos, con carne y piel.

Nace con las agujas ajenas.

Nace en el silencio.

Nace en el desamor.


Nació sin truenos, con hambre en la hiel.

Nace con la espuma de tregua.

Nace con y sin complejo.

Nace sin cortejo.


Nació sin lecho, ninguna parte de miel.

Nace con tortugas que penan.

Nace y no lleva el precio.

Nace y no busca rencor.


Gracias... Miki, Vico & Perry (Rangers de la Mesa Cuadrada), segunda familia.