miércoles, 31 de agosto de 2011

Detrás de una ventana.

Te veo detrás de una ventana. Cuelgo mi cabeza y te veo. En mis sueños susurro tu nombre y hoy ya no estas en mi ventana... simplemente cerca y no te toco. Déjame sin tus fotografías, mas te guardaré en mis dulces pesadillas.

Escritor, pseudoescritor, no gaste su papel; no lo guardes. Queda impreso en el olvido de su ventana. Déjalo guardaré su sonrisa, su cabello y su silueta. Deja que la odie porque tu indiferencia te castiga, mas la de la criatura te destroza, te pisa y aplasta. Ya no lo guardes, guardala y ya no lo despiertes, ya no abras los ojos. Ya no duermas... ya no la pienses.

Pseudoescritor, su ventana ha desaparecido. Así como tu tranquilidad, su presencia desaparece. desaparece como su voz.

Detrás de una ventana te veo.
Presente tu vida... mi tinta no lo está.
No te escribo, ni te hablo... no me acerco.
De mi silencio, no pude esperar.

De mi ventana me haces colgar...
detrás de mi ventana finjo hablar.

Te veo pasar, detrás de una ventana.
Sigues ahí y sin verlo el sol te ilumina.
El día y la noche detrás de tu ventana.
Te veo pasar y mis manos no caminan.

Detrás de mi vantana no hay papel,
solo polvo y tus fotografías.

Desde mi ventana veo tu ventana.
Y te veo salir y te veo entrar.
Solo quiero esa mirada, tus palabras.
En verte, sólo me queda callar.

Detrás de mi ventana...
sollozos mi dedos, me duermo en tu voz.