miércoles, 29 de diciembre de 2010

Gritos.

me distraes en reglas,
me avisas en granos,
me gritas tu dolor a zordos,
y me arrancas las palabras de corcho.

Baila aunque no te vea,
baila aunque el desprecio te encierra,
baila aunque mi vista solo escuche,
y baila aunque su sonrisa te escupe.

Grita como palos rotos,
grita sin la voz de sus ojos,
grita como amarga acidez...
y grita como helmintos de iluminada aridez.

quebradas rotas...
quebradas sus piernas y las jotas,
quebradas mis nauseas y sus dolores,
y quebradas las letras y sus ilusiones.

los adobes son...
y se desmoronan con el sol,
los adobes quiebran de dolor...
y gritan para oirlos sin sabor.
los adobes me hablan...
y la locura les ayuda a escapar.
los adobes estan sordos...
y a su sed toman agua por sorbos.

grita en mis quebradas rotas...
porque queda en los adobes
los gritos de sus locuras las notas...

Envuelto.

Insensibilizado...
mi cuerpo calloso no siente,
cuando te pierdes en tu dolor... y en tu alegría.
Aislante retrógrado... me envuelves
me envuelves en silencio y en nada.
Y mi mente perturbada por el atradecer...
atardecer de tu sonrisa.

Insensibilizado...
como desconocido a otras compañías,
como desconectarme a las palabras...
y a otros gestos y quejos.
Quedo envuelto...
en una nube ciega sin dirección...
en una nube con nombre y silenciosa.

El peor de los versos los escribo en esta nube,
el peor de la nube... se queda en mis huesos,
en mi carne.
El peor de mis sentires... se queda...
y no siento
ni tu sonrisa ni tus versos...
mucho menos lo que queda de mi.

El peor de todos los versos...
queda envuelto... en esta bolsa sin verso...