lunes, 19 de abril de 2010

Cuarentaiseis.

Este número, aunque parezca difícil de creer, coincide con la edad de mis padres --o bueno por cumplir este año-- y con la cantidad de entradas editadas en esta bitácora. Pero hoy me animé a escribir, y para seguir con las coincidencias, hoy comenzaron los deberes académicos en la universidad, y claro es el año del Tigre. También es el año cuando mis padres van a cumplir 25 años de casados. Y si restaríamos cuarenta al título de la entrada serían seis... seis años que han pasado desde que me anime a jugar al poeta, escribiendo a esa musa que es reemplazada casi siempre por la nada, sin tener frutos y sin ser poeta sigo escribiendo algunos versos aunque cada vez más malos. A todo esto resumo que sigo siendo malo para los números.

Es mi cuarta semana desde que regresé y lo he dejado al olvido este espacio, con eso concluyo que mi blog estaba en el más absoluto olvido. Los días en mi casa son los mismos, tanto que hasta los ánimos no cambian desde que cambió el año. Sin embargo, mis ánimos luchan por dejar de lado a esos que aún me quieren aprisionar, ergo fracasando en el intento. Pues en estas dos últimas semanas mi paciencia que se había sobrepuesto en casi dos meses se tomo unos días libres y fue reemplazado por mi irritabilidad, los factores fueron quizá muchos, uno de ellos las mil y un choteadas sea por teléfono, msn y una que otra red social --mucha importancia y consideración como desconsideración, sí aún es temprano para haberme dado cuenta--. En fin los días libres de la paciencia ya estan muy largos y la debo dar calentamiento para que siga luchando contra la irritabilidad para que vuelva sobreponerse sobre la irritabilidad... como leí en un blog por ahi y como se dice cuando ya debería haber llegado la hora: "ya toca ya"

Y mi duda vocacional esta reacomodandose, pero sin ser el hincha como mis demás compañeros, dejo que el proceso de reacomodación de mi vocación siga solo. Escuché, me avisaron y hasta leí de una conferencia internacional de un tema de importancia para la carrera que sigo y claro de interés científico, que por razones de flojera, pereza o holgazanería no me animé a ir; o bueno, otra razón sería que no le doy el interés que debería... simplemente no me interesa. A esto, la reacomodación de mi vocación es un mero pretexto o el desinterés es un indicador que mi vocación no se reacomoda. Sin embargo, ya debo poner mi toque, mi granito para que esto se defina... ya estoy en caballo corriendo, entre los últimos ginetes esperando el mensaje divino si lo que sigo es correcto, ya no estoy para otro caballo con la misma duda. Así que, a seguir con el mismo caballo sin llevar esa espera y viendo cómo los vientos limpian esa niebla que me impedía ver el horizonte que elegí seguir en ese camino...



Ahora comienzo de una semana, es lunes y a pocos minutos de ser martes, y mis matemáticas siguen fallando y mis números sigo perdiendo, hasta olvidando, puedo decir que ese nombre del número es insignificante para ser título; sólo asume alguna importancia por la edad que tendrán mis viejitos y de suma importancia en mi blog, mas no en mi vida, porque es la entrada número cuarentaiseis (46)... Hasta podría decir insignificante para todo, incluyendo este post ¡Qué contradictorio!

¿Regresarán mis copiadas post-datas?
¿Regresaré a escribirte desconocida?
¿Regresará... hacer nada?

[Extraño... pero es buena señal] [Lejos muy lejos. Hoy, cerca tan cerca que ya estoy lejos] [¿Mañana será el pie izquierdo de nuevo?]


jueves, 15 de abril de 2010

Tardanza.

No me sirve hacer nada,
se pierden mis intensiones en palabras,
me pierdo al reconocer el alba,
no te entiendo esa pasión que se guarda.

Se reciben los versos postrados...
anclados en el mar, en el cielo, en el barro;
no me escribe la voz, tu cuerpo de prado...
no me hablas silenciosa alegría que ha mudado.

No escribo, ya no siento...
ya no siento tu presencia ni tu recuerdo,
llega tarde el día que no llegará y encuentro,
ya no siento el silencio verdadero puro de un espectro.

Llegué tarde, temprano en la tarde sin hablar,
pues la noche ya se había alojado sin anclar.
El sol llega tarde y el otoño sopla en el alba...
De vuelta las intenciones quedan y mueren en las palabras...

Tarde el aire las retiene,
mi silencio se rompe en el grito del vientre...
Otra vez tarde mis palabras sin dientes,
otra vez tarde sin versos y sin... quienes.

sábado, 3 de abril de 2010

Sin nada que escribir...

[Me estoy conviertienedo en una especie de fanático... o es que me he vuelto un compulsivo escuchante de Radiohead...]