sábado, 8 de agosto de 2009

Cerrar la puerta por vacaciones.

La llegada de las vacaciones siempre han significado una alegría para cuando uno es niño, y lo es para la gran mayoría y casi todos para cuando ya es uno más crecidito, me incluyo, pero tengo mis desventajas: no las disfruto por completo. Será por mi casi costumbre de ser hogareño, y por no decir "hipernómada". Las causas debiesen quizá a la nueva vida que tomé después de terminar el colegio, y a mi, aún persistente, no facilidad de hacer amigos.
Llegan las vacaciones y claro son para hacer los pecados académicos que no hacías en clases: chatear (igualito lo hacía), fijarse más en este blog (ni siquiera se me da por verlo), pasear... pasear... pasear --ese es mi problema, no lo hago. La razón de este problema no lo encuentro, hay personas a las que quiero ver en circuntancias como las vacaciones, mas no lo hago, porque están lejos o quizá porque hay personas con las que siempre salgo hasta cuando no estoy en clases y la más dificil de aceptar para ir a ver a algunas personas... por miedo.
Hasta hace poco un amigo (de los tres) que tengo a la distancia me preguntó: "...¿oe que tal, cuando vienes? --respondo que estoy con unas ganasas de viajar para verlos--...ojalá se pueda y te animes a venir --dijo". Pero ya ha pasado una semana de mis muy preciadas vacaciones y la respuesta de mi biología interna e influenciada por mi psique pesimista me dicen al oido quedate, es cuestión de dormir y encerdarte por la anciedad de salir a la calle. Hablé con mi amigo otro día le di la mala noticia que no iba a viajar, si pues mala, porque me esperaban, según me habían dicho él y los demás amigos, y también porque en realidad me muero de las ganas por viajar a ver a mis amigos de toda la vida.
Porque quedamos en una despedida, los extraño; porque nunca llegamos a despedirnos y quizá nunca lo hagamos; porque conservamos la escencia como un buen grupo; porque seguimos siendo la misma mesa cuadrada, que era una carpeta; por esas amistades muero por ir a ver y abrir la puerta en vacaciones.
Y cierro también la puerta por estas vacaciones, porque la rutina de las clases y de las vacaciones anteriores me persiguen. Quizá la rutina en ciertos aspectos es buena, aunque lo esté confundiendo con el habito o la costumbre --discuculpen si así lo es. Pero es así, salgo o veo a algunas personas quecomparto casi todos mis moemntos con ellas, sea viviendolos o contandolos, ya los comparto. Estas monotonas relaciones no las disfruto en las vacaciones, porque ya es lo mismo y lo mismo.
Por último, otra razón porqué no salgo a pasear es porque no lo hago con personas con las que deseo hacerlo, y lo peor, lo más estúpido quizá, porque me da miedo. Miedo a ser delatado, miedo a tener que ceptar que me paro equivocando.
Sea cual fuese la razón, me queda una sola semana de vacaciones y debo aprovecharlas. Ya me esta costando haber desperdiciado una. Solo las verdaderas relaciones de amistades y la buena confianza me ayudará a encontrar y salir del problema de "cerrar la puerta en vacaciones". Es decir cierro las puertas de mi paradero: esperaré el proximo bus de unas buenas vacaciones.
JUGANDO...
Trazo la puesta del sol amalgamado,
quito las soledades de las penas de mi alma condensada.
Visto de vida la agena sombra del vacio desierto...
desecho mi mente árida que se consumió.
Escribo en letras numeradas por la neutral tinta,
grabo los decubrimientos de mirarte en tus grabaciones de tinta,
las estrellas y la arena se confunden en tu rostro,
los números y las letras no indican ningun costo.

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